jueves, 28 de junio de 2012

POESÍA. Poema de Antonio Machado para comentar: "Del pasado efímero"

Antonio Machado


DEL PASADO EFÍMERO
     Este hombre del casino provinciano
que vio a Carancha recibir un día, 
tiene mustia la tez, el pelo cano, 
ojos velados por melancolía;
bajo el bigote gris, labios de hastío,    5
y una triste expresión, que no es tristeza, 
sino algo más y menos: el vacío
del mundo en la oquedad de su cabeza.
     Aún luce de corinto terciopelo
chaqueta y pantalón abotinado,     10
y un cordobés color de caramelo, 
pulido y torneado.
Tres veces heredó; tres ha perdido
al monte su caudal; dos ha enviudado.
     Sólo se anima ante el azar prohibido,    15
sobre el verde tapete reclinado,
o al evocar la tarde de un torero,
la suerte de un tahúr, o si alguien cuenta
la hazaña de un gallardo bandolero,
o la proeza de un matón, sangrienta.   20
     Bosteza de políticas banales
dicterios al gobierno reaccionario,
y augura que vendrán los liberales,
cual torna la cigüeña al campanario.
     Un poco labrador, del cielo aguarda   25
y al cielo teme; alguna vez suspira, 
pensando en su olivar, y al cielo mira
con ojo inquieto, si la lluvia tarda.
     Lo demás, taciturno, hipocondríaco,
prisionero en la Arcadia del presente,   30
le aburre; solo el humo del tabaco
simula algunas sombras en su frente.
     Este hombre no es de ayer ni es de mañana,
sino de nunca; de la cepa hispana
no es el fruto maduro ni podrido,     35
es una fruta vana
de aquella España que pasó y no ha sido, 
esa que hoy tiene la cabeza cana.
                          ANTONIO MACHADO

PRENSA. Texto periodístico para comentar

Fernando Vicente ("El País")

   En "El País":

 9 MAR 2012
Los sabios proclaman con énfasis que la lengua es un ser vivo y luego le niegan el principal atributo de los seres vivos: el sexo. Nos quejamos de que la gente confunda el sexo con el género, pero ni los gramáticos ni los biólogos se dignan explicar las razones de dicha confusión. Prefieren despacharla como un problema de ignorancia colectiva en el que no vale la pena detenerse. Está además ese raro empeño de los gramáticos en demostrar que el pensamiento dominante de la tribu no deja rastros en sus usos lingüísticos, lo que choca con la experiencia de todos los días. Miren, el discurso de una persona triste suele también ser triste. Pero bueno, podría ser, podría ocurrir, vale, que en un país donde no hay apenas directoras de periódicos, ni presidentas de bancos, ni académicas de número, en un país donde las mujeres cobran por el mismo trabajo menos que los hombres, o donde las tareas del hogar, según las encuestas, continúan fatalmente repartidas, podría suceder, decíamos, que la corriente de pensamiento que ha conducido a tal situación no se reflejara para nada en el vehículo de las ideas, que son las palabras. En tal caso, deberíamos deducir que la lengua, además de un ser vivo sin sexo, sería una psicópata, al modo de los asesinos en serie capaces de disimular su condición hasta el punto de pasar por gente encantadora. ¡Era tan normal!, exclaman los vecinos cuando la policía detiene al muchacho que llevaba meses cocinando las vísceras de su novia, previamente descuartizada y congelada.
A ver si un día de estos nos levantamos y tenemos que decir lo mismo de nuestra lengua: ¡era tan normal! Entre tanto, sería estimulante que los peritos, en vez de calificar de idiotas a quienes de un tiempo a esta parte sienten cierta incomodidad al hablar o ser hablados, se preguntaran por las razones de tal desasosiego.

PRENSA. Texto para comentar


   En "El País":

 16 JUN 2012 
Atendiendo a una cierta demanda social, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha anunciado su intención de retocar el Código Civil para facilitar la custodia compartida de los hijos en caso de divorcio. El anuncio llega después de que Cataluña, Comunidad Valenciana y Aragón ya hayan incorporado cambios legislativos que tienden hacia este mismo fin.
La inercia y la ley imponen en España mayoritariamente la custodia única para uno de los progenitores —habitualmente la madre—. De hecho, solo en el 10% de los casos de ruptura conyugal los jueces establecen la modalidad de la custodia compartida, para la cual el Código Civil exige que haya un informe fiscal. La modificación que prevé Justicia no trata de imponer este sistema, sino de que sea una opción más, lo que, en la práctica, podría funcionar como acicate para que la fórmula se extendiera. De esta manera, la ley se adaptaría más a la realidad, con padres varones cada vez más implicados en el cuidado de sus hijos, y, al mismo tiempo, fomentaría un reparto más equitativo de responsabilidades familiares, aún muy desigual. De hecho, en España, según algunos estudios, más del 90% de los trabajadores que piden una excedencia o reducción de jornada para el cuidado familiar son mujeres, y estas dedican a esta tarea cuatro veces más de tiempo que los hombres. Son datos que asisten a los que alegan que imponer la custodia compartida es injusto porque perjudica al progenitor —casi siempre la madre— que se ocupó del cuidado y la educación de los hijos antes de la ruptura.
Nada mejor para un asunto tan delicado y de tan amplia casuística que otorgar a los jueces la flexibilidad necesaria para dictaminar caso por caso siempre con el objetivo preeminente, como hasta ahora, de buscar el beneficio del menor afectado. Porque, en todo caso, puede que la nueva fórmula se aplique algunas veces de manera injusta y perjudicando a una de las partes en conflicto, pero lo que ya no parece de recibo es que esté automatizada la que convierte a un padre en mero visitador de sus hijos.
El cambio del Código Civil que ahora se propone dará, además, cobertura legal a las modificaciones ya introducidas en las comunidades antes mencionadas; particularmente a la valenciana, que vio el año pasado cómo el Tribunal Constitucional suspendía su norma por vulnerar las competencias del Estado.

PRENSA. Texto periodístico para comentar


   En "El País":

 28 JUN 2012
Cuatro días antes de entrar en vigor el copago de los medicamentos, que obligará a los enfermos, incluidos los pensionistas, a pagar un porcentaje del precio de las medicinas en función de la renta, la ministra Ana Mato anunció una nueva medida de ahorro: retirar la financiación pública a más de 400 fármacos de uso frecuente e indicados para patologías que la ministra calificó de leves, pero que no siempre lo son. Entre los medicamentos excluidos figuran algunos de los antiinflamatorios más utilizados en procesos traumáticos y reumáticos, vasodilatadores, antiácidos, laxantes y antivirales, además de anticatarrales y mucolíticos que, aunque no curan las dolencias, alivian síntomas en las personas que tienen afecciones respiratorias.
El catálogo de fármacos debería revisarse periódicamente para retirar los que quedan obsoletos y disponen de una alternativa mejor. Algunos de los excluidos ahora pertenecen a esta categoría, pero otros no. En todo caso, el recorte no se ha hecho por un criterio de racionalidad en la prescripción, sino para lograr un ahorro de 440 millones, asegura Sanidad.
El copago, que entra en vigor el domingo con problemas organizativos y la rebelión de algunas autonomías, es una fórmula para contener gastos que se usa en varios países de Europa para salvaguardar los sistemas de salud amenazados por la crisis. De lo que se trata es de vigilar y evitar que la combinación del copago y la exclusión de medicamentos recaiga en los más vulnerables y tenga efectos disuasorios injustos, si quienes abusan y pueden pagar sigan consumiendo y muchos de quienes los necesitan dejen de tomarlos por no poder sufragarlos.
El Gobierno ha presentado una medida de ahorro sin aportar un informe de impacto económico, sin evaluar los efectos sociales y sin consultar con los médicos; se hará, ha dicho el Gobierno, próximamente. Algunos expertos han advertido de que, como ha ocurrido en anteriores medicamentazos, el ahorro previsto no se alcance. Es posible que ante la persistencia de los síntomas, los médicos acaben recetando fármacos más potentes con financiación pública y más caros.
En los últimos años, la industria farmacéutica ha sustituido medicamentos que habían perdido la patente, y por tanto ya no resultaban tan rentables, por otros con el mismo principio activo pero alguna variación en la composición o en la forma de administración, lo que les permite comercializarlos como un producto nuevo a un precio superior. A partir de ahora, los medicamentos excluidos seguirán en las farmacias y quienes los necesiten tendrán que pagarlos. Los que queden bajo financiación pública estarán sometidos al copago, lo que ya no excluye a los pensionistas, que ahora los obtienen gratis. Ambas medidas supondrían un repago si, en lugar de repartir las cargas a través del sistema impositivo para garantizar el futuro del sistema de salud, penalizaran a los que están en situación más vulnerable.

martes, 19 de junio de 2012

TEXTO PARA COMENTAR. POESÍA. "Si yo hubiera podido...", de Rafael Alberti

Rafael Alberti

Si yo hubiera podido, oh Cádiz...
               
¡Si yo hubiera podido, oh Cádiz, a tu vera,
hoy, junto a ti, metido en tus raíces,
hablarte como entonces,
como cuando descalzo por tus verdes orillas
iba a tu mar robándole caracoles y algas!

Bien lo merecería, yo sé que tú lo sabes,
por haberte llevado tantos años conmigo,
por haberte cantado casi todos los días,
llamando siempre Cádiz a todo lo dichoso,
lo luminoso que me aconteciera.

Siénteme cerca, escúchame
igual que si mi nombre, si todo yo tangible,
proyectado en la cal hirviente de tus muros,
sobre tus farallones hundidos o en los huecos
de tus antiguas tumbas o en las olas te hablara.
Hoy tengo muchas cosas, muchas más que decirte.




Yo sé que lo lejano,
sí, que lo más lejano, aunque se llame
Mar de Solís o Río de la Plata,
no hace que los oídos
de tu siempre dispuesto corazón no me oigan.
Por encima del mar voy de nuevo a cantarte.

lunes, 18 de junio de 2012

TEXTO PARA COMENTAR. "Los girasoles ciegos"



     El niño está enfermo. Casi no se mueve. He matado la vaca y le estoy dando su sangre. Pero apenas logra tragar algo. He hervido trozos de carne y huesos hasta hacer un caldo espeso y oscuro. Se lo estoy dando disuelto en agua de nieve. Todo huele, otra vez, a muerte.
     Está muy caliente. Ahora escribo con él en mi regazo y duerme. ¡Cuánto le quiero! Le he cantado una canción triste de Federico
Llanto de una calavera
que espera un beso de oro.
(Fuera viento sombrío
y estrellas turbias).
     Ya no recuerdo los poemas que recitaba a los soldados. Con el hambre lo primero que se muere es la memoria. No logro escribir un solo verso y, sin embargo, en mi cabeza resuenan mil nanas para mi hijo. Todas tienen la misma letra: ¡Elena!
     Hoy le he besado. Por primera vez le he besado. Se me habían olvidado mis labios de no usarlos. ¿Qué habrá sentido él ante el primer contacto con el frío? Es terrible, pero debe de tener ya tres o cuatro meses y nadie le había besado hasta hoy. Él y yo sabemos qué largo es el tiempo sin un beso y ahora, probablemente, no nos quede suficiente para resarcirnos. El miedo, el frío, el hambre, la rabia y la soledad desalojan la ternura. Sólo regresa como un cuervo cuando olisquea el amor y la muerte. Y ahora ha regresado confundida. Olfatea ambas cosas. ¿Hay ternuras blancas y ternuras negras? Elena, ¿de qué color era tu ternura? Ya no lo recuerdo, ni siquiera sé si lo que siento es pena. Pero le he besado sin tratar de suplantarte.
                                                                     ALBERTO MÉNDEZ, Los girasoles ciegos

CUESTIONES:

1. Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto (Puntuación máxima: 1.5 puntos)
2. 2a) Indique el tema del texto (Puntuación máxima: 0.5 puntos)
2b) Resuma el texto (Puntuación máxima: 1 punto)
3. Comentario crítico del contenido del texto (Puntuación máxima: 3 puntos)
4. Analice sintácticamente el siguiente fragmento (Puntuación máxima: 2 puntos).
Es terrible, pero debe de tener ya tres o cuatro meses y nadie le había besado hasta hoy.
5. Características de la narrativa desde los años 70 a nuestros días señalando autores y obras más representativos. (Puntuación máxima:2 puntos)

viernes, 15 de junio de 2012

PRENSA. Columna periodística. "Tralará", por juan José Millás

Juan José Millás

   En "El País":

 15 JUN 2012
El rescate no es un rescate, tralará, al modo en que el copago no es copago, tralará, ni el aumento de la presión fiscal una putada, tralará. Por el mar iba la liebre, tralará, por el monte la sardina, tralará, lo que demuestra que ni la amnistía fiscal es una amnistía fiscal ni el martes, martes ni el domingo, domingo, tralará. De hecho, el no-rescate este evoca esos mediodías resplandecientes como boca de lobo, aunque también nos trae a la memoria aquellos inviernos crudos de la infancia en los que el frío nos obligaba dormir desnudos y con la ventana abierta, tralará. Hay momentos de la vida que remiten, por su curiosa semejanza, a otros. Sacas, por ejemplo, del cesto de la historia los telediarios de Urdaci, a punto, suponemos, de volver a la televisión pública, y detrás de ellos aparece el NO-DO, como dos pares de cerezas enganchados, tralará. Ahora que vamos despacio, tralará, lees una novela picaresca española, y parece que estás leyendo la biografía del intachable Dívar. El rescate no es un rescate, entre otras cosas, porque ya cuatro días antes del mismo, y en sede parlamentaria, Rajoy proclamó públicamente, sin ambages, que había encontrado un ciruelo cargadito de manzanas, tralará. Las cosas han dejado de ser lo que son hasta el extremo de que, lejos de haber recibido España oxígeno de Europa, signifique lo que signifique Europa, ha sido España, signifique lo que signifique España, la que le ha administrado los primeros auxilios a esos muertos de hambre, que todavía no nos han dado las gracias, tralará. De modo que si usted temía que ese dinero, en lugar de devolverlo quienes lo reciben, que son los mismos que lo robaron, íbamos a devolverlo usted y yo, quíteselo también de la cabeza, tralará. Por el mar iba la liebre, por el monte la sardina, por el monte la sardina, tralará, por el monte la sardina…

martes, 12 de junio de 2012

TEXTO PARA COMENTAR. Fragmento de "San Manuel Bueno, mártir"



     Una vez pasó por el pueblo una banda de pobres titiriteros. El jefe de ella, que llegó con la mujer gravemente enferma y embarazada, y con tres hijos que le ayudaban, hacía de payaso. Mientras él estaba, en la plaza del pueblo, haciendo reír a los niños y aun a los grandes, ella, sintiéndose de pronto gravemente indispuesta, se tuvo que retirar y se retiró escoltada por una mirada de congoja del payaso y una risotada de los niños. Y escoltada por don Manuel, que luego, en un rincón de la cuadra de la posada, le ayudó a bien morir. Y cuando, acabada la fiesta, supo el pueblo y supo el payaso la tragedia, fuéronse todos a la posada y el pobre hombre, diciendo con llanto en la voz: “Bien se dice, señor cura, que es usted todo un santo”, se acercó a este queriendo tomarle de la mano para besársela, pero don Manuel se adelantó y tomándosela al payaso pronunció ante todos:
     —El santo eres tú, honrado payaso; te vi trabajar y comprendí que no solo no lo haces para dar pan a tus hijos, sino también para dar alegría a los de los otros, y yo te digo que tu mujer, la madre de tus hijos, a quien he despedido a Dios mientras trabajabas y alegrabas, descansa en el Señor; y que tú irás a juntarte con ella y a que te paguen riendo los ángeles a los que haces reír en el cielo de contento.
                                                                                  MIGUEL DE UNAMUNO, San Manuel Bueno, mártir.

Cuestiones
1. Señale y explique la organización de las ideas del texto. (Puntuación máxima: 1.5 puntos)
2. 2a) Indique el tema del texto (Puntuación máxima: 0.5 puntos)
2b) Resuma el texto (Puntuación máxima: 1 punto)
3. Comentario crítico sobre el contenido del texto. (Puntuación máxima: 3 puntos)
4. Señale el tipo de subordinación que se establece en el siguiente fragmento. (Puntuación máxima: 2 puntos)
El jefe de ella, que llegó con la mujer gravemente enferma y embarazada, y con tres hijos que le ayudaban, hacía de payaso.
5. Características de las distintas tendencias de la narrativa del S. XX hasta 1939, con los autores y obras más representativos. (Puntuación máxima: 2 puntos)

domingo, 10 de junio de 2012

POESÍA. LÍRICA ANTERIOR AL 39. Breve información sobre algunos poetas del 27


FEDERICO GARCÍA LORCA (1898 -1936)

Nació en Fuentevaqueros (Granada) y estudió Derecho y Filosofía y Letras. En Madrid, se alojó en la Residencia de Estudiantes, donde entró en contacto con los intelectuales más importantes de nuestro país. Además de poeta, se dedicó a la música y a la pintura. Durante su vida, caracterizada por el triunfo, cultivó con igual éxito la poesía y el teatro. De hecho, hoy en día puede ser considerado uno de los autores fundamentales de nuestra historia literaria. Murió fusilado cerca de Granada a causa de su apoyo a la República.
Dejando aparte la obra dramática de Lorca, su obra poética presenta las siguientes etapas
PRIMERA ETAPA: "Libro de poemas" (evocaciones de la infancia como paraíso perdido), "Canciones" y "Poema del cante jondo" se encuadran dentro de la poesía neopopular (romances, canciones, estructuras paralelísticas), con influencias también del modernismo (versos dodecasílabos y alejandrinos...). "Romancero Gitano" es una obra dominada por la frustración y el destino trágico, el alma de Andalucía, pero también una visión mítica de la vida humana. Destacan las metáforas y adjetivación sensoriales.
SEGUNDA ETAPA: "Poeta en Nueva York" refleja con técnica surrealista la experiencia de su viaje a Nueva York en 1929: imágenes irracionales, enumeraciones caóticas..., que reflejan una civilización materialista y una crítica a la deshumanización, la pobreza, la insolidaridad de las grandes aglomeraciones urbanas.
"Llanto por Ignacio Sánchez Mejíías" es una elegía de más de doscientos versos dedicada al torero y amigo, muerto en la plaza de Manzanares. Destacan las doloridas imágenes irracionales, las personificaciones y sinestesias.
Otras obras son "Diván del Tamarit" (poemas de un lirismo intimista y atormentado en los que utiliza los moldes de la poesía árabe clásica llamados gacelas y casidas), "Seis poemas galegos" y "Sonetos el amor oscuro" (amor oscuro = ímpetu ciego del amor; está presente no sólo el amor de los sentimientos y del corazón, sino el amor de la carne).

LUIS CERNUDA (1902-1963)

 CERNUDA es el más becqueriano, romántico, sentimental y apasionado de la generación del 27. Sus obras principales son “Placeres prohibidos” y “Donde habite el olvido”.
En “Placeres prohibidos” (1931) se nota el influjo del surrealismo en las imágenes oníricas;  expresa sus problemas íntimos, derivados de su condición de homosexual, y su ansia de amor sin trabas. “Donde habite el olvido” (1934) (expresión tomada de un verso de BÉCQUER)  presenta una poesía intimista y austera, con escasa adjetivación y en busca de la naturalidad; expresa su desolación ante el desfase entre sus anhelos y la realidad. 
En 1936 reúne toda su poesía bajo el título: “La realidad y el deseo”, palabras que recogen el conflicto central de su vida, el anhelo de realización personal y libertad amorosa frente a las limitaciones impuestas por el entorno social. Esta obra fue objeto de varias ediciones,  en las que va incorporando su producción del exilio:  “Las nubes“ (aborda el problema de España y la guerra desde la distancia del exilio), “Vivir sin estar viviendo”  y Con las horas contadas” (obra de nostalgia, de recuerdos, regida por la obsesión por el paso del tiempo) y “Desolación de la quimera” la última, ya póstuma, en 1962, que incorpora uno de sus poemas más famosos, el “Díptico español”.
TEMAS: la pasión amorosa, la soledad, el hastío, la añoranza de un mundo más habitable, la exaltación de la belleza. Y, ya en la madurez, la nostalgia y el recuerdo de España, reflexión sobre el paso del tiempo, la vejez y la muerte, y una visión más contemplativa del amor.

RAFAEL ALBERTI (1902-1999)

Desde un punto de vista cronológico, en la poesía de Alberti, se aprecian las siguientes etapas: 
a) Comienzos neopopularistas:  En “Marinero en tierra”, recuerda el paraíso perdido de su infancia en Cádiz. Formalmente está inspirado en la poesía tradicional: estructuras paralelísticas, estribillos, anáforas, repeticiones, octosílabos, a veces mezclados con versos más cortos.
b) Barroquismo y vanguardia. En “Cal y canto” trata temas del mundo moderno: un billete de tranvía, un portero de fútbol. El lenguaje es muy elaborado y los poemas resultan difíciles.
c) Surrealismo. En “Sobre los ángeles”, reflejo de una crisis personal experimentada hacia 1929, el poeta expulsado del Paraíso, vaga sin esperanzas por un mundo sin sentido, acosado por “ángeles malos o buenos” que representan sus obsesiones. La versificación es variada, desde versos cortos hasta largos versículos.
d) Poesía comprometida. Durante la República escribió poesía comprometida o de tipo social (“Poeta en la calle”)
e) En su exilio, se mantiene viva la preocupación social, también  está presente en muchos de sus poemas la nostalgia (“Retornos de lo vivo lejano” y“Baladas y canciones del Paraná”).

VICENTE ALEIXANDRE (1898 1984)

ESTILO: Hasta los años treinta se mueve en la órbita vanguardista: poesía pura, surrealismo. A partir de invocaciones (1934), sus versos tienden hacia la meditación , a la sobriedad, y buscan la naturalidad expresiva, el tono coloquial.
Distinguiremos en su obra tres etapas:
Poesía anterior a la Guerra Civil:
Formalmente, utiliza el verso libre y es una etapa está muy influenciada por surrealismo. Dos títulos fundamentales: "Espadas como labios" y "La destrucción o el amor". En "Espadas como labios" el tema central es el amor como fuerza destructora; la pasión amorosa se identifica con la pasión hacia la tierra; el sentimiento amoroso permite al hombre integrarse en el cosmos, al que pertenece. Los versos de "La destrucción o el amor" presentan continuidad con los del libro anterior. Expresa con un tono frecuentemente pesimista el ansia del poeta de fusión con la naturaleza; el ser humano se siente parte de la naturaleza y ansia su fusión con ella (materialismo místico), fusión de la que el amor (la pasión amorosa) es como un simulacro, porque el logro de esta unión sólo se producirá con la destrucción de la muerte, una destrucción vital porque nos permite trascender la realidad puramente individual.
Poesía de las Primeras épocas de posguerra:
"Sombra del Paraíso",(1944) escrita tras la Guerra Civil, supuso para la poesía española el resurgimiento del surrealismo de preguerra. Evoca desde la angustia presente (la cruda posguerra) el paraíso anterior a la aparición del hombre en la Tierra, el edén bíblico, el mundo de los sueños infantiles, pero también el mundo incontaminado. "Historia del corazón"(1954) supone una rehumanización de su poesía. El poeta se reconoce en los demás y el ser humano pasa al primer plano desplazando a la naturaleza. Son ahora claves conceptos como solidaridad, lucha, esfuerzo, colectividad.
Poesía de senectud:
En "Poemas de consumación" (1968), predomina la reflexión y la meditación; el poeta aborda el tema del fin de la vida, que siente próximo; concibe la muerte como una integración con el cosmos ("bajo la tierra respiraré la tierra"). Ante el hecho de la muerte, no hay angustia, ni sentido religioso, sino simple aceptación de la misma.

PRENSA. Columna periodística: "Nunca digas", por Manuel Vicent

Manuel Vicent

   En "El País":

Nunca digas

Si eres un político al que han pillado en un caso de corrupción no digas que tienes la conciencia tranquila y que abandonas el cargo para no perjudicar al partido y poder defenderte mejor

 10 JUN 2012 
He aquí algunas frases que nunca deberás pronunciar si posees un mínimo de autoestima y tratas de excluirte del rebaño humano. Ante la presente crisis económica nunca digas: el final del túnel, ni con la que está cayendo, ni también saldremos de esta, ni la culpa la tienen los mercados, ni ahora le toca mover ficha a la Merkel. Muérdete la lengua antes de soltar: hemos hecho los deberes, sí o sí, o el tradicional ¿con IVA o sin IVA? Prohíbete indicar las comillas agitando dos dedos de cada mano en el aire y sentado a una mesa a la hora del almuerzo no digas que este gazpacho se agradece mucho en verano y que a tu mujer le sale muy rico. Si alguien de los tuyos ha pasado a mejor vida no comentes: gracias a Dios ha muerto sin enterarse, ayer mismo todavía se comió una tortillita, al final se había quedado como un pajarito. Aunque tengas buen corazón no repitas la obviedad de que la justicia debería ser igual para todos, ni tolerancia cero con los que meten mano en la caja, ni el Gobierno ha traspasado la línea roja. Si eres un político al que han pillado en un caso de corrupción no digas que tienes la conciencia tranquila y que abandonas el cargo para no perjudicar al partido y poder defenderte mejor, que solo estás imputado o condenado a la pena de banquillo. Puede que después de mucho tiempo sin verlo te encuentres con un amigo, en cuyo caso nunca le digas estás más gordo o más flaco, como si fueras un hombre báscula, y si este amigo se conserva físicamente muy bien, no le espetes con cara de asombro: estás igual, por ti no pasa el tiempo, has hecho un pacto con el diablo o parece que te conservas en formol. Cuando el que se presenta es aquel compañero del colegio, un viejo camarada del partido o aquel gracioso de la excursión de la agencia de viajes y te interroga con un tono casi amenazante ¿no me conoces?, contéstale simplemente sí o no, o mándalo a la mierda, no vengas con eso de tu cara me suena, ahora no caigo. Nunca digas que tienes que ponerte las pilas ni que hay que cambiar de chip, ni te has pasado tres pueblos, pero ante todo nunca exclames ante una desgracia que eso era la crónica de una muerte anunciada. Después de hablar de forma tan idiota, límpiate la lengua con un estropajo, como hacía de niño tu madre.

sábado, 9 de junio de 2012

PRENSA. "Azorín: paraguas rojo, paraguas negro", por Manuel Vicent

José Martínez Ruiz, 'Azorín' (Monòver, Alicante, 1873-Madrid, 1967).

   En "El País":

Azorín: paraguas rojo, paraguas negro

El joven periodista provocador y anarquista, el escritor que dio nombre a la generación del 98 y se inventó Castilla como género literario, acabó siendo un personaje gélido, sobrio y discreto que disolvió su vida en un latente franquismo

 9 JUN 2012
Este joven periodista con aires de anarquista, que recién llegado a Madrid desde Valencia se hizo famoso por el paraguas rojo con que se paseaba por la calle de Alcalá, había nacido en Monòver, el domingo 8 junio de 1873, hijo de don Isidro Martínez, abogado, y de doña María Luisa Ruiz, sus labores, ambos señoritos hacendados en viñedos y cereal. El nacimiento y bautismo de este primer vástago fue celebrado con un revuelo de criadas y parabienes de vecinos, acompañado de pastelillos, zarzaparrillas y licores de café. Se le impuso el nombre de José Augusto Trinidad.
Primero llevaron al niño muy repeinado, bien abotonado, a la escuela de párvulos del pueblo; después lo encerraron en el internado de los escolapios de Yecla y al terminar el bachiller, en el que, según las crónicas, fue repetidamente suspendido en redacción, llegó a la Universidad Literaria de Valencia, en la calle de la Nave, para estudiar Derecho. Su progenitor soñaba para él con una brillante carrera de leyes, pero muy pronto se torció su destino. En Valencia el joven provinciano, quien con el tiempo tendría en esa ciudad una calle llamada del Literato Azorín, disolvió su vida alrededor de la facultad en casas de huéspedes en los vericuetos por Bonaire, Barcas y Moratín. Por ocho reales tenía desayuno, comida, cena, cama y todos los sueños por delante. Este joven con ínfulas de libertario, hijo de propietarios de pueblo, se pasó las primeras noches espiando el ir y venir de una muchacha en la estancia iluminada de la casa de enfrente, una emoción estudiantil que trasladó a las primeras cuartillas; luego comenzó a pasearse por la Alameda, a hurgar en librerías de lance, a tomarse alguna cerveza en el café León de Oro, a ensayar cierto malditismo en los teatros de music hall y en el Fum-Club bajo la inspiración del famoso escritor iconoclasta Luis de Bonafoux, llamado La Víbora de Asnières. Todo menos ir a clase.
Puesto que desde el primer momento estaba decidido a ser periodista, escritor y no abogado, trató de conocer y pedir trabajo a los santones literarios del momento, a don Teodoro Llorente, director de Las Provincias, a Francisco Castell, de El Mercantil Valenciano, a Blasco Ibáñez, dueño de El Pueblo. Unos le recibieron con desinterés, otros con cierto agrado y finalmente logró colocar algunas críticas esporádicas, breves estampas de costumbres y soflamas de propaganda anarquista en los papeles del Ateneo Libertario y otros artículos incendiarios en el diario España, en una sección titulada ‘Dinamita Cerebral’, donde también firmaba Ramiro de Maeztu.
Obligado por su padre a ser un hombre de provecho, en vista de que la facultad de Valencia le venía cuesta arriba, trasladó su expediente académico, plagado de suspensos, a la Universidad de Granada y luego a la de Salamanca en busca del coladero de algún catedrático que diera un aprobado general por haber salido bien de una operación de próstata, por la boda de una hija o similar. Volvió a Valencia sin conseguir licenciarse. En cambio publicó su primer trabajo, La crítica literaria en España, firmado José Martínez Ruiz bajo el seudónimo de Cándido.
Las relaciones con su padre continuaban siendo muy tensas hasta el punto que en unas vacaciones forzosas en el pueblo lo mantuvo encerrado en una habitación de casa donde recibía la comida a través de un torno. ¡Señorito, la sopa de fideos ya está lista! —gritaba el servicio—. Solo entonces abría la trampilla. Este joven redentor no cruzaba la palabra con nadie. Durante su estado de misantropía solo se comunicaba por señas con las criadas a la hora de recibir el sustento diario. El resto de las horas las pasaba dormitando en un camastro y leyendo boca arriba a Santa Teresa y a otros clásicos junto con panfletos anarquistas. De unos aprendió a bordar el idioma castellano, de otros a formarse una empanada.
La fama despertó al propietario de provincias, al pequeño reaccionario, que llevaba dentro sin saberlo
Hubo un momento en que por locura o aburrimiento tuvo de soltar amarras y salir de aquel encierro. Dejó atrás el Mediterráneo a las dos de la tarde del 24 de noviembre de 1896 en un tren borreguero, que lo depositó en Madrid completamente descoyuntado a la mañana siguiente, después de veinte horas de viaje. Tomó una habitación abuhardillada en la calle Barquillo y a continuación se echó a la calle. Llevaba una tarjeta de presentación del ínclito Bonafoux y con ella en el bolsillo se presentó en la redacción de El País, un periódico reaccionario, donde comenzó a trabajar hasta altas horas de la noche escribiendo sueltos, telegramas, críticas y notas de sociedad. Antes de ser expulsado de la redacción por unos artículos contra la sagrada institución de la familia, la propiedad y el orden establecido, había merecido un elogio de Clarín en uno de sus Paliques. “No sé quien es ese tal José Martínez Ruiz que escribe artículos de costumbres en El País, pero quienquiera que sea se trata de una de las mejores esperanzas en la literatura satírica”. Este elogio le abrió las puertas delImparcial, el diario referente del momento.
Le esperaban días de gloria con su firma prácticamente en todos los periódicos de la época. Había escrito La Voluntad en 1902, una novela de iniciación y otros relatos autobiográficos de infancia y juventud, pero su genio de escritor se hacía patente en sus estampas y relatos de viajes, por ejemplo en La ruta de Don Quijote, publicado por entregas sobre la marcha en el Abc en 1905. A partir de ese momento Azorín empezó a crearse un estilo propio en el que cada palabra era una taracea con la que labraba la pieza como en madera de ébano. Cronista parlamentario, enviado al frente de Francia en la Gran Guerra, crítico literario, sutil cazador de silencios de zaguanes castellanos, del aroma de baúles olvidados llenos de legajos, de crujidos de tarimas de caserones antiguos, de botijos sobre las mesas de azulejos en el patio de fondas del Comercio, de ventas perdidas camino de pueblos enjalbegados, de voces evanescentes de criadas de hidalgos que se oyen en la duermevela. En el diario El Sol, donde escribían bajo la sombra de Ortega todos los grandes, Azorín dio nombre a la generación del 98 y se inventó Castilla como género literario. Pero la fama despertó al propietario de provincias, al pequeño reaccionario, que llevaba dentro sin saberlo. De hecho cuando volvía a Monòver, desde los balcones algunos paisanos se decían entre ellos gritando: “¡Ha llegado el señorito Pepe!”. Venía esposado con una señora respetable, doña Julia Guinda, que un día causó gran escándalo entre los lugareños porque entró en el casino tres pasos por delante de su marido.
Si Azorín se paseaba al principio con un paraguas rojo para provocar a los burgueses y a los escritores famosos apoltronados en los cafés de la calle Alcalá, todo el misterio de su biografía consiste en saber por qué aquel paraguas rojo abierto se fue convirtiendo a lo largo de los años en un paraguas negro cerrado. El anarquista que quería destruir el orden constituido acabó siendo subsecretario de Instrucción Pública de Antonio Maura y seis veces diputado conservador. Se zafó de la Guerra Civil huyendo a París, como Baroja, Marañón y Ortega y de regreso a España, solventada ya la carnicería, bien por miedo o conformismo proclamó con entusiasmo las excelencias del dictador y disolvió su vida en un latente franquismo, sentado en un sillón de orejas con puntillas en el respaldo que confeccionaba su señora a ganchillo. Paseos solitarios por Madrid, lecturas recónditas, escritos miniando el idioma castellano con adjetivos llenos de un temblor rítmico, envasado. Este personaje gélido, sobrio, discreto, con los huesos de perfil, al final iba de su casa de la calle Zorrilla a la Academia de la Lengua, luego una vuelta por el Prado, un pastelillo a la hora del café, un cine a media tarde y sopa de menudillos para la cena. Aquel anarquista acabó recortado así por la línea de puntos. Lo veías pasar y él mismo parecía su propio paraguas negro cerrado.